
LAS MÁQUINAS QUE TIENEN ALMA
Entiendo Alma como aquélla fuerza impulsadora de cualquier organismo, ya sea natural o artificial. En el caso de las máquinas, el alma es la energía que las mueve a realizar su función, distinguiéndolas de los objetos inanimados. El dilema se plantea cuando las funciones de las máquinas se tornan empáticas con el ser humano. Cuando la función de la máquina recrea algo que nos resulta familiar (como en el caso de las criaturas animadas del artista holandés Theo Jansen) nos da la sensación de que el alma de las máquinas es afín al alma humana. Energía. Esta es la clave. La energía que emplean las personas sensibles para manifestar sus emociones (Alma), en la exposición Máquinas & Almas se trastoca el sentido de emoción, pues son las máquinas las que las expresan. Me desconcierta, me desorienta, pero, al mismo tiempo, me fascina. Me fascina, porque soy una amante de la literatura de Ciencia-Ficción, y encuentro numerosos paralelismos entre esta exposición y los planteamientos realizados por Stanislaw Lem en su obra Ciberíada. La exposición me resulta como una representación visual e interactiva de esta obra del genial escritor polaco. En Ciberíada, Lem nos presenta a las máquinas con una propia y marcada personalidad. Los protagonistas, dos científicos-inventores-artistas llamados Trurl y Clapaucio los vinculo con los artistas creadores que conforman la exposición de “Máquinas & Almas” En Ciberíada, Trurl y Clapaucio juegan a crear máquinas que sean capaces de desarrollar un alma. En uno de los relatos de la obra “Expedición primera, o el Electrobardo de Trurl” relata Lem cómo el científico Trurl desea crear una máquina capaz de generar obras poéticas. Para ello, y tras numerosas investigaciones, se da cuenta Trurl de que para que una máquina genere poesía, no basta con suministrarle todo el lenguaje y la sintaxis del idioma, sino que deberá proveer a la máquina de Todo el saber humano. Es así, cómo tras muchos años de imprimación del saber la máquina posee todo el conocimiento, y es entonces cuanto comienza a generar poesía, una poesía tan abrumadoramente perfecta, con una demostración tan admirable de la experiencia humana, que todos los poetas de la tierra quieren acabar con ella. El electrobardo de Trurl encuentra la manera de seguir emitiendo su mensaje poético a través de las emisoras de radio, que sus circuitos piratean, conquistando a toda la gente del planeta. Pero al final, descubre la verdad, su cerebro digital posee tantos datos que comprende la existencia humana, y se da cuenta de la soledad que envuelve al hombre. Por eso, y porque todo el colectivo de poetas decide destrozarla y acabar así con una competencia jamás conocida hasta entonces el electrobardo decide unirse al cosmos, y conectarse con una constelación de colosos blancos, y con cada estrofa que emitía producía protuberancias de este grupo de soles, de modo que el mayor poeta de la historia transmitía su obra por pulsaciones de fuego a todos los espacios infinitos del universo a la vez, convirtiéndose en el motor lírico del grupo de estrellas en explosión. Como ejemplo literario de una máquina con alma os dejo aquí este poema del Electrobardo de Trurl. No tiene desperdicio.
Un cibernauta joven potencias extremas
Estudiaba, y grupos unimodulares
De Ciberias, en largas tardes estivales,
Sin vivir del Amor grandes teoremas.
¡ Huye...! ¡Huye, Laplace, que llenas mis días
¡Tus versores, vectores que sorben mis noches!
¡ A mí, contraimagen! Los dulces reproches
Oír de mi amante, oh, alma, querías.
Yo temblores, estigmas, leyes simbólicas
Mutaré en contactos y rayos hertzianos,
Todos tan cascadantes, tan archi-rollaflos
Que serán nuestras vidas libres y únicas.
¡Oh, clases transfinitas! ¡Oh, cuánta potentes!
¡Continuum infinito! ¡Presistema blanco!
Olvido a Christoffel, a Stokes arranco
De mi ser. Sólo quiero tus suaves mordientes.
De escalas plurales abismal esfera
¡Enseña al esclavo de Cuerpos primarios
Contada en gradientes de soles terciarios
Oh, Ciberias altiva, bimodal entera!
Desconoce deleites quien, a esta hora,
En el espacio de Weyl y en el estudio
Topológico de Brouwer no ve el preludio
Al análisis de curvas que Moebius ignora.
¡Tú, de los sentimientos caso comitante!
Cuánto debe amarte, tan sólo lo siente
Quien con los parámetros alienta su mente
Y en nanosegundos sufre, delirante.
Como al punto, base de la holornetría,
Quitan coordenadas asíntotas cero,
Así al ciberneta, último, postrero
Soplo de vida quita del amor porfía.
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